21 de octubre de 2013

Fotocopiadoras del siglo XIX

Muchas veces nos encontramos con planos históricos que nos deleitan con el buen hacer de los delineantes de época e ingenieros que diseñaron y plasmaron en papel los ferrocarriles que hoy conocemos.
Nos resulta estraño el color azulado de los planos que encontramos desde finales del siglo XIX y siendo sinceros habría que reconocer que la gran necesidad de planos por parte de constructores, compañías, talleres se vio resuelta por el antecesor de lo que hoy llamamos fotocopias, a través de una técnica fotográfica conocida como cianotipia o ferroprusiato.
Cianotipia es un antiguo procedimiento fotográfico monocromo, que conseguía una copia en color azul, llamada cianotipo. Con el nombre de ferroprusiato se utilizó mucho en la copia de planos de arquitectura e ingeniería.
Detalle del cruce telegráfico entre lineas ferroviarias sobre cianotipia de tela.
El astrónomo inglés Sir John Herschel inventó este procedimiento en 1842. Aunque Herschel lo ideó, fue la botánica británica Anna Atkins, la que lo puso inmediatamente en práctica. Atkins publicó una serie de libros documentando helechos y otras plantas, cuyas ilustraciones eran copias azuladas o cianotipos. Por su serie British Algae, de 1843, Anna Atkins es considerada como la primera mujer fotógrafa.
El proceso utiliza dos compuesto químicos, Citrato de amonio y hierro y ferrocianuro de potasio. De su mezcla resulta una solución acuosa fotosensible, que se utiliza para recubrir un material(normalmente papel). Una imagen positiva se produce exponiéndola a una fuente de luz ultravioleta (como la luz solar) con un negativo. A esto le sigue una reacción compleja del hierro con ferricianuro. El resultado es una sustancia insoluble al agua, de color azul (cian) (ferricianuro ferroso) conocido como azul Prusia o Turquesa. De ahí el nombre de ferroprusiato.
Cianotipia de tornillo de eclisado ferroviario
En el procedimiento se mezclan en igual cantidad una solución al 8% de ferricianuro de potasio y una solución al 20% de citrato de amonio y hierro. Esta solución fotosensible se aplica a una superficie (como papel) y se deja secar en la oscuridad. Las cianotipias pueden ser impresas en cualquier superficie capaz de absorber la solución de hierro. Aunque el papel es el medio preferido, se han utilizado otros materiales.
Al exponer la superficie a la luz ultravioleta, el hierro en las áreas expuestas se reduce cambiado el papel al color azul (cian) que da nombre al procedimiento. El cambio de color depende de la cantidad de luz, pero pueden obtenerse resultados aceptables tras una exposición de 10 a 20 minutos en un día soleado. Las impresiones pueden hacerse con negativo de gran formato, y película litográfica, o cualquier objeto cotidiano puede utilizarse para producir fotograma. Después de un enjuagado final que elimina las sustancias solubles del papel y sólo queda el colorante azul formado. El proceso puede acelerarse sumergiendo la impresión en una solución al 3% de agua oxigenada (peróxido de hidrógeno).

De ahí obtenemos los planos que tan característicamente deleitan a cualquier investigador que los encuentre en los archivos históricos.
Cianotipia de vagón Cubierto 1890



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