6 de julio de 2013

Reglamento de señales de 1872


Reglamento de señales de 1872
Francisco Pons

El reglamento de señales, aprobado por Real Orden de 8 de Agosto de 1872,  establecía que el objeto de las señales era poner en comunicación unos con otros a los agentes de la vía, de las estaciones y de los trenes, para la transmisión de las órdenes o avisos que interesaban a la seguridad y regularidad con que debía verificarse la marcha de los trenes y máquinas aisladas, así de día como de noche, ya sea en circunstancias normales o extraordinarias.



Las señales podían verificarse en puntos determinados o en cualquier parte del camino, debiendo hacerse perceptibles por medio del oído o de la vista; para lo cual se dividen en señales de oído y señales de vista. Las señales de oído se hacían; según los casos, por medio de corneta, de campana, de pito, del silbato de las máquinas o de petardos, y las señales de vista con banderines, faroles, discos, y aun con los brazos del hombre.

Las señales de corneta son cuatro:

1. Un toque prolongado indica tren á la vista; es decir, la aproximación de una máquina o de un tren.
2. Dos toques sucesivos y prolongados indican la salida de un tren ó una máquina de la estación inmediata.
3. Tres toques, también sucesivos y prolongados, la salida de una máquina o de un tren de la estación en que se dan.
4. Varios toques sucesivos y con precipitación, es alarma.

Con la campana se hacen tres señales:

1. Un toque de campana indica que faltan quince minutos para salir el tren.
2. Dos toques, que faltan cinco minutos.
3. Tres toques, la salida del tren.

Con el pito se hacen dos señales:

1. Un silbido algo prolongado prevenía que el tren parado debía ponerse en marcha; si el tren estaba andando, servía para llamar la atención del maquinista, quien debería prestar atención á las señales que se le hicieren.

2. Varios silbidos breves y repetidos indicaban que el tren debía detenerse inmediatamente.

Con el silbato de la locomotora se hacían siete señales:

1. Un silbido prolongado era atención, y servía de aviso de que la máquina ó tren se pusiera en marcha.
2. Dos silbidos cortos y seguidos mandaban apretar los frenos.
3. Un silbido breve, aflojar los frenos.
4. Muchos silbidos cortos eran señal de alarma o de un peligro inminente.
5. Varios silbidos prolongados y repetidos indicaban que el tren pedía máquina.
6. En los empalmes o puntos de bifurcación de la línea, el silbido de atención avisaba que la dirección que había de seguir el tren es la de la izquierda, y tres silbidos prolongados, la de la derecha.
7. En las maniobras de los trenes o máquinas en las estaciones, el silbido de atención, también prolongado, avisaba que el tren marcha hacia adelante, y dos silbidos prolongados que lo hacía hacia atrás.

Los petardos, que son pequeñas cajas metálicas que contienen una composición fulminante y que, colocadas sobre las barras-carriles, producían al ser aplastadas por el peso de la máquina, una fuerte detonación, eran señal de alto.

Las señales de vista se distinguían por su color. El blanco indicaba que la vía estaba expedita y que los trenes podían circular sin peligro. El verde era precaución, y prescribía disminución de velocidad y llamaba la atención. El color encarnado, de peligro, y mandaba parada absoluta e inmediata.

Se usaban dos banderines de mano, uno verde y otro rojo.

El rojo, desplegado de cualquier manera que se presente, era señal de peligro inmediato y de alto.

El verde, usado del mismo modo, indicaba precaución y prescribía la disminución de velocidad momentánea.

El banderín arrollado, que la vía estaba expedita.

Con el banderín rojo, desplegado e hincado verticalmente al lado de la vía, se mandaba parar inmediatamente, con el verde desplegado y colocado del mismo modo, se prescribía la disminución momentánea de velocidad.

De noche se emplearán tres clases de faroles:

El de luz blanca, era señal de vía expedita. El de luz verde, de precaución e indicaba que se disminuyera la velocidad, y el rojo era señal de peligro y ordenaba hacer alto inmediatamente. Los faroles se llevaban en la mano o se colocaban en postes hincados en la orilla de la vía.

Con los discos se hacían dos señales; cuando se presentaban paralelos a la vía, de modo que se vean de perfil, demostraban que ésta se hallaba expedita. Colocados perpendicularmente á la misma, presentando la cara pintada de rojo al tren, que debía pararse inmediatamente.

De noche tenían los discos un farol que, según la posición de aquéllos, daban luz blanca o roja; la primera señalaba vía expedita, y la segunda peligro, y por consiguiente alto inmediato.

La falta de luz en un disco equivalía a la roja y obligaba al maquinista á tomar las disposiciones y precauciones que ésta previniese.

En caso de necesidad, los empleados de la vía y estaciones harían a los maquinistas advertencias con los brazos, de esta forma:

1. El brazo derecho extendido horizontalmente en el sentido de la marcha del tren, indicaba que la vía está expedita.

2. Con el brazo extendido por encima de la cabeza, se prescribía la disminución de velocidad.

3. Con los dos brazos violentamente agitados y mirando al tren se mandaba parar.

Estas señales sólo se empleaban cuando se carecía de banderines o faroles propios para hacerlas. Cuando no podían emplearse las señales que quedan descriptas, servían para hacer la de peligro ó la de alto cualquier objeto visible violentamente agitado.

Todos los empleados, especialmente los guardas de vías, de barreras y de brigadas de conservación, podían hacer las señales sobre la vía cuando a ello obligaba algún motivo.


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