Los carriles
metálicos del camino del grao de Valencia.
De solución
práctica a definir la morfología de la ciudad.
Según la
teoría del caos de Edward Lorenz, el
aleteo de una mariposa puede causar un huracán en algún lugar del mundo. Esta suposición se
concretó en un proyecto que tomo vida a finales de la década del siglo
diecinueve en Valencia.
Un problema
de mantenimiento en el camino del Grao, actual avenida del puerto, dio lugar a
una solución imaginativa que se tomo como referencia en el proyecto de ensanche
de la ciudad.
En una gran
parte, la morfología de la Valencia que actualmente conocemos se la debemos a
que los carromatos portantes de mercancías del Grao a Valencia, destrozaban el
camino que las unía.
Un proyecto
pionero a nivel mundial, ya que Valencia fue la primera en poseer dicho sistema
de carriles, continuando Chicago y algunas ciudades más europeas.
Los
ingenieros municipales de Valencia se encontraron con un problema difícil de
solucionar a finales del S XIX con la
conservación de los caminos y carreteras del término. Uno de estos era
el camino del Grao, el cual por efecto del clima y del uso se resquebrajaba la
piedra machacada y los recebos arcillosos que tenía como firme, además, en
época de lluvias la acumulación de aguas pluviales y la mala filtración,
provocaba al paso de los pesados carros, baches que aumentaban con el paso del
tiempo y del uso.
El camino
del Grao de Valencia, actual Avenida del Puerto, a finales del siglo XIX poseía
un tránsito de 3.500 a 4.000 vehículos, cargados en su mayoría de mercancías
que transportaban entre Valencia y su puerto, así que su conservación se hacía
costosa y reiterativa. El Ayuntamiento gastaba anualmente 35.000 pesetas en
piedra partida que el cilindro de vapor comprado exprofeso apisonaba sin cesar.
Viendo que
los problemas continuaban se decidió renovar por completo el firme de todo el
camino, operación que costó 60.000 pesetas, sin que con todos estos esfuerzos
se obtuviese otro resultado que tener llenos de baches y rodadas los cinco
kilómetros y medio de la traza.
Las
reclamaciones continuas del gremio de carreteros, ya que el camino al Grao era
de los que tenían que pagar peaje por circular por él, llamado portazgo, hicieron que el ayuntamiento pensase en adoquinarlo
e incluso entarugarlo, no pensemos en cubrir toda su extensión de madera, sino
crear unos raíles de madera sobre los que circularían los carros.
Camino al Grao (Avenida del Puerto) donde se puede apreciar el final de los
carriles metálicos. Foto del foro Valencia Remember, http://www.skyscrapercity.com
La opción
fue ensayar un proyecto del Ayudante de Obras Públicas del Ayuntamiento, el Sr.
Messeguer unión de una vieja aplicación minera y las nuevas tecnologías
tranviarias.
Observo el
Sr. Messeguer el hecho de que los carros marchaban siempre por las carriladas
que encuentran abiertas, ya que la compactación hace que las ruedas tengan más
apoyo y el ganado pueda ejercer la tracción cómodamente, de manera que proyectó
la instalación de carriles de acero en el que no pueden haber baches por uso, con
un desgaste igual y continuo en todo su trazado, obteniendo rodadas o
carriladas artificiales de muchos años de duración.
La sección
del camino contemplaba a derecha e izquierda del camino dos carriles por los
que marchaban en direcciones opuestas los carros cargados de Valencia al Puerto
y viceversa. Visto desde el puerto hacia
Valencia por la derecha los que van a Valencia y por la izquierda los que
venían al puerto, quedando libre el centro para los coches de caballos o carros
descargados, los cuales no representaban problema de desgaste excesivo en el
firme. El proyecto se aprobó y salió a subasta el 6 de Junio de 1889.
Consultadas
varias compañías extranjeras al respecto de la viabilidad del proyecto, indicaron
el coste elevado del mismo debido a lo corto de la traza, sin embargo Demerbé y
Cía. de Jemappes de Bélgica ofreció una económica y creativa solución, la idea original
del Sr. Messeguer contemplaba un carril en E puesto en horizontal usando como
banda de rodadura el extremo más largo. Debido lo caro que sería crear un
rodillo de laminado para tan poca línea, Demerbé y Cía., ofrecieron una
solución, unir dos carriles de fabricación y patente propia (Demerbé) y
conseguir así el perfil en E. Ver figura 1. Así pues por contrato firmado el 16
de Febrero de 1889, se comprometió la instalación de 200 metros de prueba con
un ancho de centro a centro de carril de 124 centímetros, y con un coste no
superior a 30 francos el metro lineal, precio del material puesto en el Puerto
de Amberes.
Debido al
excelente resultado se subasto la instalación de la longitud total del camino
del grao el 6 de Junio de 1890, resultando desierta, por lo que en segunda
subasta del 16 de Julio de 1890 aprobada el dos de Agosto, se le concedió la
construcción a Francisco Montalt por un importe total de 40,990 pesetas el
kilometro lineal completamente acabado.
Guardia
Civil investigando acto de sabotaje en la Avenida del Puerto en los años 30,
nótese en segundo plano a la derecha los carriles que nos ocupan. Foto del foro
Valencia Remember, http://www.skyscrapercity.com
Formalizado
el contrato D. Francisco Montalt cede y traspasa la concesión a D. Rafael Valls
David, que es quien finalmente la ejecuta. La compañía Demerbé, que tenia la
exclusiva para Francia de su sistema de carriles y para España desde 1890 fue
contratada como instaladora de la línea, firmando un contrato el 7 de Abril de
1892 al respecto.
Figura 1.
Carril del Camino del Grao de Valencia. Autor: Fco Pons
El 28 de
Marzo de 1892 el vapor Archiduque Rodolfo, descargo los materiales provenientes
de Bélgica y pasaron la pertinente inspección municipal declarándose mejor
calidad que en el pliego de condiciones. Ya antes de esta fecha, desde el 27 de
Abril de 1892 se abrió la caja que debía alojar los carriles, a la par que se
iba instalando el camino de hierro, entregando la obra el 21 de Julio de 1892, habiendo
sido supervisada la obra por el Ingeniero de la casa Demerbé, Sr. Vrancken.
Cada uno de
los carriles estaba formado por dos carriles Demerbé de 10 metros cosidos por
pernos con tuerca y contratuerca cada 50 centímetros a lo largo del nervio
central del carril, soportando un peso de 4 toneladas por rueda en el peor de
los casos, que era apoyándose en extremos y sin rellenar de grava.
Los carriles
se unían entre ellos transversalmente y longitudinalmente con bridas interiores
de 85 centímetros y atirantadas cada dos metros por riostras planas con
entalladuras para dejar paso a la sección central del carril, haciéndose la
unión por medio de cuñas de acero hincadas a golpe de mazo como se ve en el
corte de la figura dos.
Figura Dos.
Riostras y detalle de la misma. Dibujo: Francisco Pons.
Puestos las
riostras y nivelados los carriles, se rellenó la caja que los alojaba con grava
y piedra partida, la cual fue bateada hasta que el propio sonido del mazo sobre
el carril, indicaba que estaban llenos todos los huecos. El siguiente paso fue
colocar dos “maestras” interiores y otras dos exteriores a cada carril, de adoquín
colocado “a tizón” que servían de refuerzo e impedían el deterioro de los
carriles a la entrada y salida de las ruedas. Las obras se realización con una
buena economía de obra por lo que se opto por adoquinar también el espacio de
las maestras interiores.
El resultado
fue óptimo, provocando importantes ahorros en el mantenimiento, confort y
comodidad al transporte de mercancías. Se amplió el trazado hasta cruzar el
puente de Aragón y tal fue la bondad del sistema que a la hora de planificar la
futura Valencia y su ensanche, Francisco Mora Berenguer en 1907, no dudo en
incluir una ronda perimetral basada en este sistema de transporte. La idea
original de carriles metálicos para guiar los carros del Sr. Messeguer a finales del Siglo XIX no fue ni tan siquiera
modernizado y el mismo sistema se instalo en las nuevas avenidas conocidas cono
ronda de tránsitos.
La
ampliación incluía el antiguo camino de tránsitos (hoy en día Cardenal Benlloch)
hasta el camino del Cabañal (No olvidemos que la Avenida Blasco Ibáñez es
posterior) dando un pequeño salto hasta la actual Calle de Gorgos que antes de
la construcción de la V21, era el inicio de la actual Primado Reig. Al inicio
de la calle Gorgos se hallaba instalada una caseta de consumos para continuar
el recorrido por la actual avenida Primado Reig, habiendo al final de ésta ubicada
otra caseta de consumos dando paso por todo
Pesset Aleixandre hasta una nueva caseta de consumos. Seguía por la avenida de
Campanar y el trozo de la actual Tirso de molina hasta Puente de Campanar.
Una
vez cruzado una caseta de consumos daba inicio a la traza por la Avenida Perez
Galdos hasta la calle de Jesús donde en el cruce había una caseta de
consumeros. En este punto era importante el tráfico de transbordo que se
realizaba con la estación de Jesús del Ferrocarril de Valencia a Villanueva y Castellón.
Avenida del
Puerto en los años 60 cuando se eliminó el arbolado. Nótese los carriles que
tratamos entre las vías de los tranvías. Los carriles para carros solo es visible el de la derecha, estando el
de la izquierda debajo del ramaje podado.
Se instalo
un tramo en la actual calle Pianista Ampar Iturbi que por aquel entonces, según
mapas del Ayuntamiento de Valencia se denominaba Peris y Valero, ya que iba a
ser su ampliación una vez cruzadas las vías de la estación de Norte, sin
embargo la continuidad lógica de la avenida Peris y Valero fue la Avenida de
Cesar Giorgeta en el proyecto de 1907 de ensanche de la ciudad.
Cruce del
Camino del Grao (Avenida del Puerto) con la línea de Valencia Tarragona.
Cada caseta
del fielato de consumeros, tenía la misión del cobro de impuestos por las
mercancías transportadas, componiéndose de una caseta de similares
características a las de guardabarreras ferroviarios, una báscula para la
comprobación del pesaje y un abrevadero para el avituallamiento de las
caballerías.
El recorrido
radial que circunscribía la ciudad de Valencia no tiene continuidad ya que
faltaría lo que en la actualidad es la calle Eduardo Boscá y el puente del Ángel
Custodio para conectar Cardenal Benlloch con la Avd/Peris y Valero, sin embargo
hasta después la guerra civil española,
lo que ocupaban dichos terrenos no eran la calle y el puente sino la fábrica
Alcoholera Española.
Este antiguo
proyecto, su perfecta funcionalidad y la implantación en posteriores épocas por
el Ayuntamiento de Valencia, en parte importante conformó la morfología de la
Valencia actual a través de lo que en la época se denomino Ronda Tránsitos,
como puede imaginarse el lector, debido al “transito” de mercancías que
recorría su trazado.
Es por ello
que el aleteo de la mariposa representado en la idea del Sr. Messeguer hace más
de 120 años, provocó el huracán de la ciudad moderna que es hoy en día
Valencia.
Valencia 6 de Agosto de 2012
Francisco Pons López
Plano
general de Valencia con la red de planchas de acero instaladas en origen y el la ronda tránsitos, hubo mas, pero eso es otra historia.
Enhorabuena por meterte en este mundo del Blogger. Buen inicio, ya me has dejado prendado con la primera foto "Camino al Grao (Avenida del Puerto". Me están entrando unas ganas, irrefrenables, de hacer un diorama de ese fragmento.
ResponderEliminarTe sigo.
Saludos
José Manuel
Gracias Jose Manuel, con tu buen hacer quedaría de lujo, pero no has pensado en hacer la segunda foto?
EliminarEstán los guardias civiles de aneste y la abuela.... el tranvía lo pongo yo si no encuentras nada que se ajuste.
O mejor, un diagrama de la primera con el sabotaje de la segunda.... ahí es "na".
Yo también te sigo.
Saludos
Paco
Sí, mejor la primera con el sabotaje de la segunda. Algo de vidilla tiene que tener. Me la guardo para un futuro, es muy interesante.
ResponderEliminarSaludos
José Manuel
A mandar...
EliminarAlguien sabe la historia del puente del Japones el de giorgeta sobre las vias
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